LA FE
Cuando nosotros salimos como seres, primero, espirituales de la casa del padre,
y cuando comenzamos –digámoslo así- nuestro peregrinaje,
nosotros perdimos toda conciencia de lo que fuimos al encarnar.
Y esa conciencia la conservamos durante toda nuestra vida.
Esta conciencia se encuentra opacada,
esta conciencia se encuentra en un estado de retroceso,
de desconocimiento casi total, de lo que éramos entonces.
Solamente de cuando en cuando, mis queridos estudiantes,
recordamos nuestro divino origen.
Solamente de cuando en cuando, recordando este divino origen
sentimos esa nostalgia de ALGO que nos hace falta.
Pero no sintiéramos esa nostalgia de que nos falta algo,
si no hubiéramos perdido también algo.
Porque nadie puede sufrir, por aquello que nunca ha poseído.
Pero nosotros estamos abocados a este dolor de algo perdido,
y de algo que hay que recuperar.
Para esto tenemos muchos recursos.
Y uno de estos es la fe... que nos hace volver sobre nuestros pasos.
Hermanos, la fe es algo absolutamente necesario,
porque sin la fe es imposible que nuestra conciencia se ilumine...
Hermanos, sin esta luz no podemos marchar.
Sin esta luz es imposible dar un paso en el camino espiritual.
Cuantas veces nos sintonizamos con Dios,
está iluminándonos esa antorcha de la fe.
Cuantas veces buscamos a Dios, está actuando la fe.
Cuantas veces vamos a Él, está actuando la fe.
Y actuando la fe, hasta que un día caigan esos velos oscuros
que ocultan nuestra conciencia y la tienen alejada de Él...

No hay comentarios:
Publicar un comentario