CON ÉL, TODO
P. César A. Dávila G.
Quiero que vosotros comencéis recordando
lo que somos y lo que es Él. Él, el Dios infinito.
Él, el Dios perfecto. El, el absoluto. El, la luz.
Él, el poder. En una palabra, ÉL: TODO.
Nosotros con Él, también todo,
lo que Él es, y todo lo que Él tiene.
Sintonizados con Él somos -como recordaba el Señor-
dioses, no en el sentido metafórico,
sino -yo creo- en un sentido propio.
Pero sin Él: nada, absolutamente nada.
Y si alguno dijera lo contrario,
sencillamente no conoce ni a Dios, ni se conoce a sí mismo.
Decía Cristo, que nada podéis hacer
-hablando de la realización espiritual-.
Y todavía, pudiera ampliar este pensamiento:
sin Él no solamente que nada podemos hacer,
sino que nada podemos ser.
Y primero es preciso ser, para hacer u obrar.
No hay nada que seamos sin Él. Con El, todo.
Comenzando desde nuestro ser,
y continuando también por nuestro hacer.
En la meditación solamente recordamos esta relación,
entre Él nuestro Padre, y nosotros sus hijos ¡con toda la verdad!
Paramahansa Yogananda insistía siempre en esto:
que la meditación es pensar en Dios.
Y yo digo, es entrar en comunión con Dios,
entrar en sintonía con Dios.
Y la palabra meditación, está mal empleada
cuando no se la usa en ese sentido.
Recordemos entonces, esta relación.
Y sintámonos felices de ese encuentro con Él,
cuantas veces mis queridos estudiantes, cuántas meditaremos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario