CRISTO, NUESTRO MAESTRO
P. César A. Dávila G.
Él dijo a sus discípulos: Ninguno de vosotros
debe llamarse maestro, porque uno es vuestro Maestro. Mt 23,8
Si Cristo fuera como cualquiera de los grandes maestros
que han venido también a este planeta,
si fuera un hombre de gran respeto solamente,
tendría muchos seguidores como tienen los grandes maestros.
Pero ese Cristo, no es uno de esos maestros,
sabemos y confesamos con inmenso gozo de nuestro espíritu,
que ese Cristo es una encarnación divina.
En ese Cristo está el Padre, Él viene del seno del Padre,
del Padre descendió a esta tierra
y por eso habla con toda autoridad
y quiere acatamiento de su palabra.
Esto debe servirnos de un inmenso consuelo,
al dar fe a su palabra,
no estamos dando crédito a la palabra de un hombre
por autoridad que tenga ese hombre,
estamos dando fe a la Palabra de Dios.

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