DIOS EN TODO
Padre CÉSAR A. DÁVILA G.
Él es el único Santo entre todos los santos.
Nadie absolutamente nadie, ninguna criatura, absolutamente ninguna,
se acerca ni remotamente a Su Santidad inefable:
En Él no hay sombras, no hay ocasos, no hay límites:
Todo en Él es Perfección Absoluta.
Su Santidad excelsa le hace ver en toda Su obra solamente lo bueno:
Y vio Dios que todo era bueno,
dice el primer capítulo del Génesis al describir la Creación:
Él no ve sino todo, sino todo como bueno…
Él es como el que inunda de Luz lo que está a Su vista:
Puede brillar sobre las blancas cabelleras de nuestros nevados milenarios
o sobre las pútridas aguas de una cloaca:
Su Luz siempre es pura, siempre inmaculada, siempre de vida.
Así Él, penetra con Su Santa Luz
en las almas inmaculadas de los santos para santificarlos:
Él brilla también con la misma Santa Luz inefable
en las almas de los malos para invitarles a que sean luz como es Él.
Pero buenos o malos, pecadores o santos, ángeles o demonios,
somos Sus hijos, somos Sus criaturas.
Él está en nosotros y nosotros en Él.
Sólo que no nos damos cuenta de esto.

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