LA VERDAD Y LA BIENAVENTURANZA ETERNA
Padre CÉSAR A. DÁVILA G.
A ustedes siempre se les ha dicho la verdad,
la misma, sea que se practique en la India, en el Ecuador,
en América, Oriente, en Occidente, es la misma.
Y no solamente es eso,
la Verdad es también cuando estemos en cualquiera
de los distintos planos donde nos ubiquemos, sean inferiores o superiores
o cuando estemos sintonizados ya definitivamente con ese Dios Bendito,
es la misma Verdad.
Y esa misma felicidad que nosotros sentimos de la posesión de la verdad,
de este gozo de bienaventuranza por poseer la verdad
esto es lo que constituye la Bienaventuranza Eterna.
Nosotros ya hemos dado ese paso aquí en este plano, y en firme
pero así en firme a la Eterna Bienaventuranza.
Miren entonces, la conclusión es clara
no necesitamos el momento de la muerte física
para entrar en ese estado de bienaventuranza,
no, aquí sentimos esa bienaventuranza
y no necesitamos este mismo momento
para sentir esta bienaventuranza de amor que nos une
porque la sentimos desde ahora
y vamos a sentir la culminación de esa bienaventuranza
en lo que llamamos nosotros el cielo
y que todas las religiones también la conocen así.

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