viernes, 23 de diciembre de 2016

Llega la Navidad


Son tiempos de alegría porque se acerca la Navidad, y la familia de la Asociación Escuela de Auto-Realización (AEA) vive esa espera de una manera muy especial. La plenitud del espíritu se refleja en el abrazo, la sonrisa, el apretón de manos, el canto y el baile. Así, se muestra cada domingo el vibrante accionar donde florece el ‘Yo’ interior, que nace del silencio, con firme devoción y felicidad por la llegada del Salvador.

El adviento ha sido en AEA una fiesta espiritual llena de amor y reflexión siguiendo las enseñanzas del padrecito César Dávila. Durante una hora de misa y otros 60 minutos de ágape -al ritmo de los villancicos- han vibrado los corazones buscadores de Dios que están encaminados en el sendero de la oración contemplativa.

El mensaje del gurú ha estado ahí presente para dar ese abrazo hermano que recuerda la importancia de limpiar la cuna de la conciencia a través de la fidelidad al encuentro diario con nuestro Bendito Jesús por medio de la meditación. Y como señala el padre César Dávila es “La Fiesta del Silencio” la esencia del nacimiento de Cristo: “Este acontecimiento tiene como escenario la pequeña ciudad de Belén. En Belén, una cueva; una cuna; junto a la cuna, la Virgen Bendita. A esa cuna no llegaba desde afuera ningún sonido que turbara la augusta soledad del silencio. En ese augusto silencio nace Aquel que vino a despertar de cada uno de nosotros, el Reino del Silencio…(Padre César A. Dávila G.).

La preparación espiritual se enfoca en esa introspección vivencial para hacer resplandecer, como indica Paramahansa Yogananda, las “cualidades del amor fraternal del alma, la humildad, la fe, el deseo de alcanzar la unión divina, la fuerza de voluntad, el autocontrol, la abnegación y la generosidad, para poder celebrar adecuadamente el nacimiento del niño Dios” (Diario Espiritual 3, Paramahansa Yogananda).

La venida de Cristo es la demostración del amor incondicional más puro y profundo, que sale del alma. Y ese amor sin condiciones, es la Unión con Dios en lo más adentro de cada Ser; cuando se lo descubre, cuando se lo conoce, cuando se lo experimenta.

Por ello, el proceso de espera del gran día se lo festeja, se lo canta, se lo baila, se lo vive en esa cueva interior del augusto silencio del Ser, lejos del “óxido del egoísmo, la indiferencia y el apego a los sentidos” (Diario Espiritual 3, Paramahansa Yogananda).  Es el adviento de entrega total a Él que se ve materializado en la alegría y el amor expresado en la familia que conforma AEA.

Entonces, como repetía el padre César Dávila: “a meditar, a meditar, a meditar” porque ya viene el niño Jesús. Por tanto, el 24 de Diciembre, AEA celebra una Navidad más juntos, acompañándose en este camino de desarrollo espiritual y siempre guiados por su fundador, el padre César Dávila: ¡Adelante, siempre adelante! ¡Feliz Navidad!






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