En esta hora de
confusión y de zozobra,
cuando las
convicciones
que parecían
firmes como el granito, naufragan;
desde el fondo
de nuestro ser
se levanta el
grito:
¡Ven,
Señor, ven!
Del Tesoro espiritual
dejado no sólo en el material audiovisual y escrito, por nuestro amadísimo
Fundador y Guía Espiritual, el Padrecito César A. Dávila G., y legado no sólo a
través de Testamento a su Asociación Escuela de Auto-Realización (conocida así
en el fuero civil hace 43 años) y como Asociación E. de Meditación
(dentro de la Iglesia hace 32 años), para esta semana se ha
seleccionado:"¡Ven, Señor, ven!
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